Afrontar la reforma integral de una vivienda en pleno centro de Barcelona para adaptarla a las necesidades de un matrimonio y sus cuatro hijos es un reto que el Studio NiiA ha sabido resolver con destreza. Con la sencillez y la funcionalidad como objetivo principal, no se han descuidado en absoluto el estilo, emanando así una envolvente elegancia que invita a disfrutar de cada uno de sus espacios. Hablamos con Ignacio Infiesta, arquitecto de este estudio, para conocer más sobre este proyecto y su trabajo.

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Para la reforma del piso de la Calle Balmes, en Barcelona, se buscó la simplificación de los espacios a través de reconocer los tres sectores que la propia estructura marcaba. Con este mismo propósito el studio NiiA ha optado por eliminar todo lo accesorio y superfluo para potenciar la sensación de espaciosidad y dejar libres las estancias.

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La separación y la continuidad entre estancias se ha logrado a través de la apertura de pequeños pasos en las paredes de carga para crear nuevas circulaciones y relaciones espaciales. Pero también gracias a las puertas correderas como elemento de fluidez y el mobiliario de Kave Home entendido como una articulación que enlaza y da ritmo a los distintos ambientes.

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El piso está distribuido a través de un gran espacio central que separa la zona de uso familiar de las de carácter privado. Así, en los espacios centrales están situados los ámbitos públicos tales como el hall, el salón-comedor, el estudio familiar, el office y la cocina. En el ala sur se encuentra la habitación suite del matrimonio y en el lado opuesto, en el ala norte, la habitación de invitados, así como la de los niños y sus respectivos baños.

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La búsqueda de una imagen sobria capaz de absorber amablemente los distintos objetos de la vida cotidiana ha traído consigo una cuidadosa y limitada selección de materiales con los que trabajar. La madera de roble y el mármol son los predominantes y, en cuanto a color, la elección del blanco es una apuesta más hacia la anhelada sobriedad.

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El roble natural en suelo, ventanas y puertas correderas, el blanco con diferentes tonos en paredes y muebles y el mármol carrara para ennoblecer los baños y objetos particulares como la chimenea. En la cocina se recupera el pavimento antiguo que enlaza la transición entre el roble y el mármol blanco.

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El resultado de esta reforma es una vivienda dinámica con buenos acabados que demuestra que la elegancia no está reñida ni con la sobriedad ni con el hecho de ser una familia numerosa.

9 de Julio de 2020 a las 09:42