Unas oficinas de diseño
Los cuadros son perfectos para decorar las paredes del salón y añadirle tu personalidad. En el arte no hay reglas, así que siéntete libre de escoger lo que más te guste. Y si no sabes por dónde empezar, aquí te damos algunas propuestas.
En blanco y negro o a todo color
¿Te gusta el B&W? ¿O prefieres las paletas de colores? Cualquier opción es buena, pero si tenías la idea de poner más de un cuadro en el salón, te recomendamos que te decantes por una cosa u otra.
Colgados o apoyados en la pared
De nuevo, ambas opciones son un acierto. Aún así, te sugerimos que los cuadros que vengan con marco los cuelgues en la pared para lucirlos mejor y el resto, quedan bien sobre cualquier superficie.
Cuadros más allá del salón
Of course! Los cuadros son un fantástico recurso para diferentes estancias, como decorar la entrada, darle un toque de color a un cuarto infantil o incluso en tu habitación para hacer de cabecero en tu cama.
Cuadros con personalidad
El arte no entiende de límites, por eso solemos encontrar cuadros con forma rectangular, cuadrada o redonda. Nuestro consejo es que combines si quieres diferentes cuadros de líneas rectas, pero que cuelgues en solitario los redondos.
Juega con los colores del resto del salón
Haz que las diferentes piezas de tu salón estén conectadas entre sí, combinando los mismos materiales, el diseño y también los colores. Los cuadros también son ideales para formar parte de la misma paleta de tonalidades.
Cuadros que enmarcan tu pasión
¿Te gusta la fotografía, la arquitectura o el dibujo? Pues que se note. Elige el rincón más especial de tu casa y dedícalo con un cuadro que muestre tu gran pasión.
Maxi o mini. ¿Qué dice tu pared?
El tamaño del cuadro es decisivo para escoger la pared donde lo vas a colgar. Asegúrate de que no quede demasiado ajustado y, si la pared es muy grande, evita poner cuadros pequeños ya que les hace restar importancia.