Hay muchas formas de pintar un dormitorio, pero los colores relajantes siguen siendo el must para una estancia dedicada al descanso. ¿Ya sabes cuáles son? Te damos las claves para dar con las tonalidades perfectas.
El blanco, un color para mil dormitorios
Y los que se te ocurran. El blanco es el comodín con el que ganas siempre. Ya puedes renovar tu ropa de cama o cambiar de cabecero manteniendo el color de las paredes. Con el blanco, las ideas de decoración para tu dormitorio son infinitas.
Juega a pared, papel y tijera
Una alternativa cada vez más extendida en interiorismo es usar papel pintado como cabecero o para simular tener una pared de otro material como mármol o madera. Lógico, ya que además de quedar bien, te libras de cualquier obra.
Nos encantan las noches grises
Los colores fríos y neutros son los tonos para conseguir que un ambiente sea relajado. El gris nos encanta. Piezas como mesitas de noche o espejos de madera, alfombras de fibras naturales y estilos tan de moda como un dormitorio nórdico.
Sube o baja la temperatura del color
¿Sabías que puedes cambiar el tono de un color sin pasarle ni una sola capa de pintura? Según la iluminación de tu habitación o los colores que escojas para los accesorios, el color de las paredes, a efecto visual, tendrá un tono u otro. ¿La pared de esta foto la ves gris o azul?
Una vez tengas el color para las paredes de tu dormitorio, haz clic aquí y equípalo al completo aprovechando al máximo el espacio.