Unas oficinas de diseño
Se escribe hygge, se pronuncia algo así como ‘hooga’ y es una palabra danesa que no tiene traducción. ¿Su significado? Es el secreto de la felicidad danesa.
El arte del hygge
La temperatura perfecta de un té, el momento en el que te arropas con una manta o agruparse con los amigos en torno a una mesa desde la que arreglar el mundo. Todo tiene que ver con el hygge. Y es que una de las humildes traducciones que más han trascendido es la de crear una atmósfera cálida y disfrutar de las buenas cosas de la vida con buena gente. Ahí es nada.
En busca de la felicidad
El hygge es aplicable a todos los aspectos de la vida: desde la economía a la alimentación, pasando por el confort y el afecto. El término se dio a conocer en Dinamarca en el siglo XVII y llegó del mar. Los marineros lo empleaban para hablar de las sensaciones acogedoras, del bienestar o la intimidad casera. Por eso hygge hace referencia a todas esas pequeñas grandes cosas de la vida que nos sonsacan una sonrisa y nos hacen sentir a gusto.
5 consejos prácticos para hygge
Si con la globalización importamos productos de todo el mundo, no íbamos a hacer menos con costumbres como esta. Sigue estos sencillos pasos para acercar este concepto danés a tu casa:
- Cualquier sitio es bueno para que se produzca. Los daneses acostumbran a reunirse con amigos y familiares en casa. No como aquí, donde bares y restaurantes ocupan los podios. Por eso, el primer consejo es cultivar tu vida social en casa.
- Comodidad ante todo. Si hay algo con lo que relacionemos el estar en casa es con ponernos cómodos. Tacones fuera y ropa de estar por casa (no confundir con cualquier trapo, en casa tenemos que estar cómodos pero también sentirnos guapos).
- Cuida los detalles. Crear el ambiente perfecto es más fácil de lo que parece y tiene mucho que ver con prestar atención a las pequeñas cosas. Recoger algunas flores de temporada o añadir velas a la decoración. Iluminar de forma cálida y agregar textiles gustosos son solo algunos de los consejos. Pero no olvides que se trata de adaptar este concepto a tus gustos y preferencias.
- Tiempo de calidad. En esta ajetreada vida que llevamos todos lo que necesitamos no es más tiempo, pues lo llenaríamos de recados y otros quehaceres, sino hacer del que tenemos tiempo de calidad. ¿Y cómo se relaciona esto con el hygge? La primera regla es ser consciente de que el estrés tiene vetada la entrada a tu casa. Te ayudará a organizar mejor tu tiempo y a reservar espacios para tus hobbies y tus reuniones con amigos.
- Cuerpo y mente. Participar de estos momentos cálidos y tranquilos con amigos no siempre se considera hygge. Sino somos conscientes de que se trata de un momento de bienestar, no vale. Despierta la consciencia, vive el momento presente y valora las pequeñas cosas. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
¿Quieres incorporar los consejos hygge en tu casa? Sigue leyendo nuestro blog para incorporarlo a la decoración de interiores.