Seguro que alguna vez has oído hablar del Feng Shui. Y no, no se trata de decorar tu casa con un montón de budas, cuencos e incienso. Te contamos todo lo que tienes saber sobre esta doctrina.

El Feng Shui no es un estilo decorativo, como muchos puedan pensar. Es una filosofía oriental milenaria que predica el equilibrio, la armonía y la paz. ¿Cómo? En el ámbito de la decoración y el hogar, se consigue a través de la distribución de los elementos que configuran un espacio.

En definitiva, se reduce a la búsqueda de un lugar de convivencia dónde uno mismo esté a gusto y encuentre buenas vibraciones y energía positiva. Ahora te explicaremos los puntos básicos para lograrlo. Seguro que algunos ya los estarás cumpliendo sin ni siquiera saberlo. Como verás al acabar el post, esta disciplina utiliza la lógica y el sentido común. Todo para que nos sintamos en casa, como si estuviéramos en una nube de felicidad.

Orden, orden y orden

Que levante la mano quién no quiera salir corriendo cuando al llegar a casa todo está patas arriba. Y es que la sensación de sentarse en el sofá después de haber limpiado y ordenado todo… ¡es impagable! Además, el Feng Shui recomienda hacer limpieza de lo innecesario. Aquellos objetos superfluos que no nos aportan nada y sólo hacen que bloquearnos el espacio. Con esto, conseguiremos recargarnos de la energía que un día depositamos en esos elementos que ahora resultan superfluos.

¡Color!

Recordarás que semanas atrás te hablamos de cómo los colores inciden sobre nuestras emociones y estados de ánimo. Y si no, échale un vistazo aquí. En resumen, si quieres serenidad y armonía, deberías utilizar tonos neutros y fríos como los colores tierra, el blanco o el azul. Pero como el Feng Shui trata de sentirse bien en el propio hogar, escoge los colores que más te gusten y encajen con tu personalidad. Así de simple.

Estancias

Cada habitación tiene su propia función. Así que hay pequeños detalles que hay que tener en cuenta para llevarla a cabo de la mejor manera. ¡Estate atento!

  • Entrada → debe estar bien iluminada. Si no dispones de luz natural, puedes poner una lámpara. ¡No querrás llegar a casa y que parezca una cueva lúgubre y sombría! La palabra ya lo dice. Entrada. Por donde la buena energía accede a tu casa. Sitúa también flores, espejos y un mueblo bonito.

  • Salón → al ser una estancia social y de reunión, la disposición de los sofás será esencial para ayudar a que la comunicación sea fluida. Lo mejor es ponerlos en forma de L, nunca enfrentarlos entre sí. En cuanto a la iluminación, es interesante tener de dos tipos: una general y otra puntual para los momentos más íntimos.

  • Baño → para el lugar más íntimo de la casa se dice que debe estar alejado tanto de la cocina como de la puerta de la entrada. Alejado de ruidos que puedan perturbar tu paz.

  • Dormitorio → ¿tienes la televisión en el dormitorio? ¡Error! Es un espacio de relax y descanso. Si eres de los que les gusta dormir con la televisión encendida, tienes que saber que a nivel de Feng Shui no estás descansando todo lo que deberías ya que hay muchas interferencias en el ambiente. Y otro dato más: la cama no debe estar alineada con la puerta. Si lo está, deberás cerrarla porque es por dónde entra y sale la energía. Este movimiento no ayuda al descanso.

  • Comedor → la mesa es el elemento rey de este ambiente. Así que debes optar por una que encaje con armonía en el espacio. Es mejor decantarse por una redonda ya que las rectangulares automáticamente establecen jerarquías al disponer de dos cabeceras. Refuerza el centro de la mesa con un foco de luz para que quede bien iluminada.

Esperamos que te hayas podido hacer una idea del fascinante mundo del Feng Shui. Hay que decir que lo que te hemos explicado es sólo la punta del iceberg. Si realmente te ha interesado, puedes consultar infinidad de webs dónde hablan de ello más profundamente. Eso sí, el objetivo es el mismo: encontrar el equilibrio, la armonía y la paz. ¿Te animas?

9 de Julho de 2020 às 09:24