Made Studio nous dévoile le processus de création de Joncols
Frente a un mercado del arte copado por la sobreproducción de obras y por la proliferación de cada vez más artistas emergentes, todos ellos susceptibles de convertirse en la próxima estrella de la escena creativa, resulta cada vez más difícil distinguir, filtrar y seleccionar el buen arte con clarividencia y seguridad.
Criterios para distinguir lo bueno y lo malo en el arte contemporáneo
El espectador o potencial comprador, al acudir a ferias o galerías, se enfrenta a un mar de dudas y preguntas, sintiéndose vulnerable ante la responsabilidad de tomar decisiones. Asimismo, el cada vez mayor acceso a imágenes, consecuencia de la globalización y de las nuevas tecnologías, no hace más que dificultar este proceso en el que uno tiene que posicionarse y tomar partido. La sobreinformación acrecenta nuestras dudas e inseguridad, siendo cada vez más costoso formarse un criterio propio. Hay tanto donde elegir que nos paralizamos. Si además pretendemos crearnos un criterio no solo a base de nuestros gustos personales si no valorando la calidad de obras y artistas de forma objetiva y profesional, el asunto se complica ante todo ese sistema que trata de convencernos de que su producto es el mejor. Asimismo, frente a una oferta mucho mayor que la demanda, nos encontramos también con una mayor variedad en cuanto a estilos y técnicas se refiere. Antes se elegía entre pinturas, dibujos y esculturas, ahora nos invade el video arte, las instalaciones de todo tipo e incluso el performance. Y los debates sobre la importancia de concepto y objeto nos dejan aún más confundidos. Ya no solo se trata de elegir entre un sinfín de posibilidades, si no de comprender lo que nos resulta incomprensible. Porque, hoy en día, un lienzo en blanco puede ser simplemente un lienzo o una valiosísima obra de arte.
¿Por qué esto es arte?
"¿Qué tiene de especial algo que a simple vista podría hacer yo?" o "¿estos precios tienen algún sentido?", son preguntas que nos planteamos inevitablemente y que, lejos de tener que sentirnos avergonzados por ello, son muy necesarias para sanear este mercado cada vez más sobreexplotado. Ante esta situación, existen algunos criterios a tener en cuenta que nos servirán de guía y nos facilitarán las cosas a la hora de comprender el arte y distinguir lo que consideraremos bueno de lo que no, teniendo siempre en cuenta que nuestros gustos personales nada tienen que ver con si una obra es artísticamente válida o si no lo es.
Cambio, innovación y evolución
Uno de los factores a tener en cuenta a la hora de valorar la calidad de una obra de arte es el factor innovación. El arte, al fin y al cabo, es un lenguaje en evolución constante y que trata siempre de superarse a sí mismo y romper el status quo establecido. Por lo tanto, que sea innovador y que aporte es imprescindible. Cuando hablamos de innovación, ésta puede ser tanto técnica como conceptual. Una obra de arte será loable si aporta innovación técnica ya sea en cuanto al material como a la ejecución o si aporta puntos de vista innovadores, si cuestiona lo preestablecido de algún modo o si afecta de algún modo nuestra forma de pensar con intención renovadora y de mejorar las cosas. No hay que olvidar que el arte puede ser una herramienta de comunicación muy potente y que, por lo tanto, tiene un compromiso social y una función de responsabilidad. A veces, una obra en sí misma no responde a estas cuestiones anteriormente comentadas, sino que es necesario revisar la totalidad del corpus de obra de un artista para comprender cuál es su mensaje o intención. Una obra puede ser una pieza de entre muchas en el engranaje total de un concepto y solo si comprendemos el trabajo global de ese artista comprenderemos la importancia de una pieza concreta.
Currículum vitae
Otro criterio a tener en cuenta para hacernos una idea de si una obra de arte tiene o no validez es la coherencia y calidad del recorrido de un artista, es decir, de su currículum vitae. Observar en qué museos o instituciones ha sido expuesto, en qué publicaciones se habla de su trabajo y con qué criterios, de qué colecciones privadas forma parte, qué galerías le representan o al lado de qué otros artistas se le ha expuesto en muestras colectivas, puede darnos una idea de la garantía de la calidad de ese artista.
El tiempo dirá
Aún así, es imprescindible tener en cuenta que nadie, salvo el tiempo, tendrá jamás la respuesta segura y exacta del valor de una obra o de un artista a largo plazo. Estos criterios citados más arriba nos sirven para poder realizar una deducción más fiable de si un artista perdurará en el tiempo o no, pero solo éste último decidirá, finalmente, quién le resiste. Redactado por Laura de Koyac